29 de marzo de 2011

Descanse en paz

Nos unimos en oración a la familia del Diácono Edmundo Olivas Uranga, por la celebración de la Pascua Eterna de su señora madre:

DOÑA MARÍA ALBINA
URANGA VDA. DE OLIVAS

Acaecida hoy en esta ciudad de Chihuahua, Chih. El día de mañana, 30 de marzo, se celebrará Misa de cuerpo presente en la Parroquia de San José de la Montaña a las 16:00 hrs., y se despide en el cementerio La Colina, donde su cuerpo aguardará la promesa de la futura resurrección.

Descanse en paz.

23 de marzo de 2011

¿Por qué cambian o dejan su religión?

VER

No dejo de pensar en el hecho de que, según el censo oficial de 2010, muchas personas dejaron de ser católicas: unas optaron por el protestantismo; otras decidieron alejarse de toda práctica religiosa. Algo semejante ha pasado en denominaciones protestantes: varios de sus miembros dejaron una confesión y se pasaron a otra, o se separaron y fundaron otra, o quedaron indiferentes y sin religión explícita. Unos se cambian porque no reciben el trato que desearían tanto, en el catolicismo como en el protestantismo; otros se decepcionan por nuestras deficiencias; la mayoría porque les ha engullido el medio ambiente secularista y materialista.

Desde abril de 1988, el episcopado mexicano, en su asamblea realizada en el Seminario de Toluca, donde en ese tiempo yo era rector, analizó el tema e hizo una declaración titulada: “La Iglesia ante los nuevos grupos religiosos”. Hace 23 años ya preocupaba el asunto y tanto su análisis como sus propuestas pastorales siguen siendo válidas. De igual modo, lo que dijimos en Aparecida, es digno de tener en cuenta (Nos. 225-226).

Unos exvecinos, a quienes con frecuencia oíamos pelear y excederse en bebidas, dicen que su vida ha cambiado, porque se hicieron protestantes. Ciertamente no eran católicos practicantes, ni instruidos en su fe, sino todo lo contrario. Pero ¡qué bueno que todo cambió! Esto nos alegra mucho. ¿Por qué algunos católicos no cambian?

JUZGAR

Dice el documento del episcopado mexicano: “La presencia de nuevos grupos religiosos que proliferan y se desarrollan en nuestra patria, no es exclusivo de México, ni algo que tan sólo afecte a la Iglesia Católica. Es un fenómeno mundial”.

Señalan como causas externas: “El patrocinio de grupos e instituciones, tanto extranjeras como del país, movidas a veces por fines económicos, políticos e ideológicos… Múltiples carencias de todo tipo, que propician angustias e inseguridad en nuestro pueblo, ocasión que aprovechan los nuevos grupos religiosos ofreciendo satisfactores y ayudas. Los medios de comunicación social, con patrones de conducta ajenos muchas veces a la cultura de nuestro pueblo en sus raíces católicas”.

Lo más preocupante son los “elementos causales desde el interior mismo de la Iglesia: Una insuficiente instrucción religiosa de gran parte de nuestro pueblo, la cual conduce a la ignorancia de la fe; por lo que una porción del Pueblo de Dios queda indefensa ante la acción proselitista. El abandono en que se encuentran algunas comunidades, sobre todo en regiones rurales y suburbanas. Un ecumenismo llevado a la práctica en forma equivocada o ingenua. Un ansia de contacto con la Palabra de Dios, que impulsa a muchos a satisfacerla en el fundamentalismo. La insuficiencia de agentes de pastoral. Un laicado que no ha sido suficientemente incorporado a la tarea evangelizadora. Deficiencias de los agentes de pastoral en su testimonio cristiano y en su trato con la gente. Atención personal que parece inadecuada. Algunos métodos pastorales que no logran una relación personal desmasificante. La necesidad que tiene el pueblo de una auténtica experiencia de Dios y de una liturgia viva y participativa, que a veces no se encuentra en el culto, tal como lo celebramos”.

ACTUAR

¿Qué se propone? “Partir siempre de la realidad, asumiendo las angustias y esperanzas de nuestro pueblo y promoviendo una auténtica piedad popular, que satisfaga su hambre de Dios y su ansia de espiritualidad. Insistir en los contenidos esenciales de nuestra fe católica. Promover la participación de todos en la tarea evangelizadora, con especial atención a los laicos, destacando la importancia de la familia y el papel de la mujer en esta tarea. Renovar la parroquia como comunidad. Cultivar pequeñas comunidades eclesiales, donde todos y cada uno experimenten cercanía y fraternidad. No dejarse desalentar, frente al grave problema de las divisiones; se trata de un problema que siempre ha acompañado a la Iglesia (cf 1 Cor 1,11-13). Seguir adelante con ánimo. Si en el pasado la Iglesia logró superar tantas dificultades, lo mismo sucederá ahora”.


+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas

18 de marzo de 2011

NUEVO OBISPO DE CULIACÁN


El Santo Padre Benedicto XVI aceptó el día de hoy, la renuncia por motivos de enfermedad presentada por el Excmo. Mons. Don Benjamín Jiménez Hernández como obispo de Culiacán, y nombró para sucederlo al Excmo. Mons. Don Jonás Guerrero Corona, al presente obispo titular de Assava y auxiliar de México.


Mons. Benjamín Jiménez está por cumplir 73 años de edad, por su parte Mons. Jonás Guerrero cumplió 64 años de edad en noviembre pasado, y en la arquidiócesis de México era vicario episcopal de la VI Vicaría "San José" desde su ordenación episcopal ocurrida el 15 de agosto de 2001. Es originario de El Chante, Jalisco y fue ordenado sacerdote para la diócesis de Autlán el 6 de julio de 1974.

16 de marzo de 2011

CONDOLENCIAS


Nuestras más sinceras condolencias al Excmo. Mons. Don Eugenio Lira y Rugarcía, obispo auxiliar electo de Puebla, por el sensible fallecimiento de su señora madre


DOÑA MARÍA GUADALUPE
RUGARCÍA DE LIRA

Quien partió al encuentro con el Padre celestial el 15 de marzo de la ciudad de Puebla.
"Aunque la certeza de morir nos entristeze, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, se nos prepara una mansión eterna en el cielo". (Prefacio de difuntos)
Descanse en paz.
Respetuosamente,
Pbro. Jesús José Mata Trejo y la Comunidad Parroquial.

9 de marzo de 2011

LECTURAS BÍBLICAS MIÉRCOLES DE CENIZA

Del libro del profeta Joel 2, 12-18

Esto dice el Señor:
"Todavía es tiempo. Vuélvanse a mí de todo corazón con ayunos, con lágrimas y llanto; enluten su corazón y no sus vestidos. Vuélvanse al Señor, Dios nuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en clemencia, y se conmueve ante la desgracia. Quizá se arrepienta, se compadezca de nosotros y nos deje una bendición, que haga posibles las ofrendas y libaciones al Señor, nuestro Dios.
Toquen la trompeta en Sión, promulguen un ayuno, convoquen la asamblea, reúnan al pueblo,
santifiquen la reunión, junten a los ancianos, aun a los niños de pecho. Que el recién casado deje su alcoba y su tálamo la recién casada. Entre el vestíbulo y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, diciendo:
"Perdona, Señor, perdona a tu pueblo. No entregues tu heredad a la burla de las naciones. Que no digan los paganos: ¿Dónde está el Dios de Israel?""
Y el Señor se llenó de celo por su tierra y tuvo piedad de su pueblo.
Palabra de Dios.

Salmo Responsorial
Del Salmo 50

Misericordia, Señor, hemos pecado

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.

Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.

Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme tu salvación que regocija y mantén en mí un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza.


De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20-21; 6, 1-2

Hermanos: Somos embajadores de Cristo y, por nuestro medio, es Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo "pecado" por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.
Como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto.
Porque el Señor dice: "En el tiempo favorable te escuché; en el día de la salvación te socorrí". Pues bien, éste es el tiempo favorable; éste es el día de la salvación.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón".
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.


† Del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6.16-18
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará".
Palabra del Señor.

Cuaresma y Miércoles de Ceniza

Por: Pbro. Sergio G. Román Del Real

En el Miércoles de Ceniza se forman inmensas colas para recibirla. ¿Por qué?
¿Por qué la recibes tú?

UN OJO A LA BIBLIA
El pecado de Adán y Eva los hizo indignos del Paraíso; ya no podían permanecer en él y fueron arrojados. Busquemos en la Biblia el texto de Génesis, capítulo 3, versículos del 17 al 19.

Este texto nos recordará las palabras que el ministro nos dice al imponernos la ceniza: “Recuerda que eres polvo y que al polvo haz de volver”

UN OJO A LA HISTORIA
Cuando nosotros hemos pecado y deseamos reconciliarnos con Dios, buscamos un sacerdote, normalmente en un confesonario, le decimos nuestros pecados, escuchamos lo que nuestro confesor tenga a bien decirnos, tomamos en cuenta la penitencia saludable que nos deja, recibimos la absolución de nuestros pecados, nos sentimos agradecidos con Dios porque es misericordioso... ¡y ya!, asunto arreglado. Así de fácil.

Pero no siempre ha sido así. Durante una buena parte de la historia de la Iglesia, el Sacramento de la Reconciliación se rodeó de una serie de ritos y ceremonias que lo hacían impresionante, definitivo para el cambio de vida del penitente.
El Sacramento de la Reconciliación solamente se recibía una vez en la vida si se había cometido una falta grave y pública.

El pecador arrepentido confesaba su pecado en secreto al Obispo y era admitido al grupo de los Penitentes.

Estos eran recibidos públicamente el Miércoles de Ceniza en la Comunidad en donde se les imponía un vestido especial llamado silicio o sayal, hecho de un material áspero que lastimaba la piel; después se les imponía alguna penitencia pública y se les echaba de la Iglesia para indicar que el pecado nos saca de la comunión con el resto de la Comunidad. Durante la Cuaresma hacían penitencia mientras los demás cristianos oraban intensamente por ellos y, por fin, eran aceptados a la reconciliación plena por el Obispo ya sea el Jueves Santo, el Viernes, como aún se hace en España, o antes de la Vigilia Pascual del Sábado Santo por la noche, para que pudieran comulgar en la Pascua.
En las Galias, hoy Francia, se comenzó a usar también la ceniza como signo de penitencia y después se extendió a toda la Iglesia Romana en el año 1091 por recomendación del Papa Urbano II.

Lo que en un principio era solamente para los que hacían penitencia pública, se generalizó para todos los cristianos, que así nos reconocíamos como una Iglesia pecadora, necesitada del perdón de Dios.

CUARESMA: RECONCILIACIÓN

“Confesarse al menos una vez al año, por la Cuaresma, o antes si hay peligro de muerte”, nos dice el mandamiento de la Santa Madre Iglesia y, de esta manera, el Sacramento de la Confesión, Reconciliación, queda ligado a este tiempo litúrgico de preparación a la Pascua. ¿Qué mejor manera de celebrar el máximo misterio del cristianismo que recibiendo el perdón de los pecados y haciendo penitencia por ellos?

CUARESMA: PENITENCIA
Por su muerte y resurrección, Jesús nos redimió; es decir, pagó por todos nuestros pecados mereciéndonos el perdón de Dios y nuestra participación en la vida de la gracia. Por él nos salvamos y podemos participar del Reino de los Cielos.

A esto llamamos Redención.

El pecado, por ser un crimen contra Dios y contra nuestros hermanos, merece una pena eterna: el infierno.

De esta pena nos libra la Redención: Cristo pagó por mí.

Pero el pecado merece también una pena temporal, en justicia, y ésa debemos pagarla nosotros como signo de nuestro arrepentimiento sincero y de nuestro cambio de vida.

Todos entendemos que si bien se perdona el pecado de robar al que es ladrón, queda la obligación de regresar, en justicia, lo que ha robado. Eso sería la penitencia.

Por nuestros muchos pecados debemos hacer penitencia y la Iglesia nos propone este tiempo de la Cuaresma como propicio para hacerla. Penitencia será, ante todo, reparar el daño que hicimos en lo posible; pero, además, la Iglesia nos propone tres formas clásicas de penitencia:
Ayuno, es decir, mortificación de los sentidos para indicar que el cuerpo no es nuestro amo, sino que nosotros mandamos sobre él para que sea un instrumento armónico en nuestra vida cristiana. El ayuno propiamente dicho y obligatorio ha quedado reducido al Miércoles de Ceniza y al Viernes Santo. Además guardamos abstinencia de carnes, también de pollo, los viernes. Todo esto reducido a su mínima expresión por la Iglesia, madre llena de amor.
Limosna, es decir, hacer obras buenas. Dar no sólo nuestro dinero, sino nuestro tiempo y lo que sabemos.

Oración, no sólo la que hacemos en la participación de la Misa, sino también la oración más personal y la reflexión constante. Es el tiempo ideal de asistir a retiros y ejercicios espirituales.

COMPROMISOS
Nuestro compromiso en este tiempo penitencial tiene que ser el tomar en serio la Cuaresma y vivirla de una forma más significativa de nuestro arrepentimiento y deseo de cambio.

Cuaresma es un tiempo de recogimiento que nos lleva a evitar las fiestas y espectáculos públicos. El Papa nos ha hablado, incluso, de un ayuno de televisión.

Cuaresma es un tiempo de hacer obras buenas como personas y como familia.

Intensificar o iniciar la oración en familia será un signo de nuestro deseo de conversión.

Busquemos, sobre todo, confesarnos en este tiempo.


Fuente: www.siame.mx

CELEBRACIONES DE MIERCOLES DE CENIZA

En el templo parroquial (Calles Nogal y José Martí 4500, Col. Las Granjas), las celebraciones por este Miércoles de Ceniza serán:
7 y 8 am; 12, 4, 5, 6, 7 y 8pm.
Para jóvenes: 8pm en el centro pastoral.
Pasa la voz.

7 de marzo de 2011

Mensaje del Sr. Arzobispo para la Cuaresma 2011

"Discípulos misioneros, seguidores de Jesucristo, para ir al encuentro de todos nuestros hermanos".

La palabra Cuaresma dice relación a cuarenta. En el Antiguo Testamento el número 40 (los años de una generación), indica un periodo bastante largo del que no se conoce exactamente la duración; nos recuerda cuatro acontecimientos importantes:
-El Diluvio: se nos dice que llovió cuarenta días y cuarenta noches; signo de destrucción y de nueva creación.
-Moisés: duró cuarenta días y cuarenta noches en el Monte Sinaí; tiempo de la elaboración de los Diez Mandamientos.
-El pueblo de Israel en el desierto: estuvo cuarenta años caminando por el desierto hasta llegar a la tierra prometida; tiempo de formación del pueblo.
-Elías: dura cuarenta días y cuarenta noches caminando por el desierto hasta llegar al Monte Sinaí; tiempo de preparación para desarrollar su misión profética.

El Nuevo Testamento, en los Evangelios, nos narra que Jesús, después de su Bautismo y antes de comenzar su vida pública, estuvo cuarenta días en el desierto; y también nos dicen expresamente que estaba ayunando.

La Iglesia, casi desde el principio de su historia, adopta la celebración de la Cuaresma para prepararnos a la celebración de la Pascua del Señor.

La palabra Pascua significa Paso del Señor. Los israelitas llamaron Pascua a aquella noche en que se prepararon para salir de la esclavitud de Egipto; fue la primera vez que celebraron la Cena Pascual con el sacrificio del cordero. La Iglesia llama Pascua a la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, porque así como los israelitas fueron liberados de la esclavitud de Egipto, nosotros obtuvimos la liberación del pecado.

En la Iglesia Primitiva, la Pascua era la única Fiesta del Señor que se celebraba. Constituía la esencia de la predicación de los Apóstoles. En efecto, los Apóstoles enseñaban que el Mesías esperado fue Jesús; que la salvación que venía a traer a sus discípulos, a quienes lo siguieran, no era la liberación del dominio de una nación extranjera, sino la liberación de la muerte eterna; que esta salvación la había logrado con su Pasión, Muerte y Resurrección; que la salvación no era sólo para el pueblo de Israel sino para toda la humanidad. Llevándonos a sí a ser discípulos misioneros, seguidores de Jesucristo, para ir al encuentro de todos nuestros hermanos.

Ahora bien, la Iglesia se da cuenta de que si llegáramos de golpe a la celebración de la Pascua del Señor nos haría muy poco provecho, se nos pasaría tal vez inadvertida. Por eso ha querido que tuviéramos una larga preparación, que tuviéramos la Cuaresma. La Liturgia de estos días de la Cuaresma, principalmente las lecturas y las oraciones en la Eucaristía, nos ayudarán a prepararnos adecuadamente a la celebración de la Pascua del Señor; el misterio de nuestra Redención. La Cuaresma nos ayudará a incrementar y fortalecer nuestra fe. La liturgia de todo este tiempo, como estupenda maestra, paulatinamente nos acercará al misterio de la Redención; lo único que se nos pide es atención y docilidad.

La Cuaresma también nos quiere ayudar a renovar nuestra conciencia de bautizados, a profundizar y hacernos más conscientes de nuestra situación de pecadores, y a hacer penitencia. Todo esto hará de nosotros verdaderos discípulos misioneros de Jesús.

Exhorto a todos para que aprovechemos estos días intensivos de oración, de purificación, de práctica de la caridad y de renovado compromiso cristiano. No nos conformemos con la mediocridad. Escuchemos la voz de Jesús que nos invita a ser verdaderos discípulos misioneros suyos.

Los bendigo y hago oración para que el Padre de nuestro Señor Jesucristo nos renueve a todos con la gracia de su Espíritu.


+ Constancio Miranda Weckmann
Arzobispo de Chihuahua